NFL 2021 Día 10 de la Previa MARCA Claro de cara a la temporada 2021
El 28 de enero de 1998, los Cowboys ganaron su quinto Super Bowl. No han vuelto desde entonces. 14 días antes jugaron por última vez en la final de conferencia; solo ellos, Washington y Detroit tienen ya ‘bodas de plata’ sin estar entre los cuatro mejores. Serán 27 años aún si llegan esta temporada, pero hacerlo será un reto. Sí, la NFC Este sigue a la baja y vuelve Dak Prescott, pero aún con su quarterback sano tenían marca de 1-3, con serias carencias en ambos lados del balón.
El equipo tiene uno de los mejores ataques (o con mejores nombres) de la liga, pero las ofensivas por sí solas no ganan campeonatos. Pregúntenle a Mahomes. Puede que los partidos de los Cowboys sean de lo más entretenidos por la cantidad de puntos, pero esa no es la fórmula para aspirar a lo más alto en la NFL.
El primer punto al hablar de los Cowboys de 2020 es el tema de la salud. Dak Prescott es el más recordado por su fractura de tobillo, pero la línea ofensiva lo pasó peor. Solo los Eagles tuvieron más lesiones. Nueve jugadores fueron titulares en la línea y hubo nueve combinaciones distintas. Antes de la temporada perdieron al tackle derecho La’el Collins. El tackle izquierdo Tyron Smith solo jugó dos partidos. Zack Martin estuvo fuera seis partidos. Estrenaban centro por el retiro de Travis Frederick. En la semana 1 perdieron a su TE titular, Blake Jarwin.
En defensa, ninguna de sus tres líneas estuvieron arriba del promedio en salud, según Football Outsiders. De por sí no eran los más talentosos y prácticamente nadie jugó los 16 partidos.
McCarthy hizo un tour de relaciones públicas en su sabático de 2019, diciendo que estudió todos los partidos en una cabaña en medio del bosque y estudió algo de analítica con PFF. Luego admitió que mintió respecto a lo que hizo. Claro que perder a tu QB titular y la mitad de tu línea ofensiva es un problema para cualquier equipo, pero los problemas estaban ahí antes de las lesiones. Dallas iba 1-3 en partidos que terminó Dak, siendo su única victoria la remontada ante los Falcons que incluyó un colapso histórico y una patada corta inexplicable. Eso es responsabilidad del staff.
En los cuatro partidos con su QB titular, Dallas tomó el balón en desventaja en 93% de las series. Salvo en la semana 1, llegaron a ir perdiendo por doble dígito en todos los partidos (29-10 vs Atlanta, 15-30 en Seattle, 41-14 vs Cleveland y hasta 17-3 ante los Giants). Las lesiones no eran tantas y lo que sí había es jugadas sorpresa de equipos especiales sin ton ni son, errores primarios en defensiva y muchas entregas.
Lo más increíble es la terrible preparación después de la lesión de Dak. Pusieron a Andy Dalton en situaciones imposibles al lanzar 75% del tiempo cuando había tres receptores en el campo y 90% acarreos con dos o menos. Lo ponían todo el tiempo de la escopeta, cuando lució mejor bajo centro. Le pegaron una golpiza y ganaron menos de 4.5 yardas por jugada no uno, ni en dos, sino en TRES partidos consecutivos. Totalmente lo contrario a, digamos, los Chiefs en la ronda divisional al perder a Mahomes.
Mejoraron tras su semana de descanso y gracias a la futilidad histórica de la NFC Este, tenían opciones llegando a la última jornada, pero de nuevo conjuraron un infame plan de juegos, que tenía la fabulosa cantidad de DOS YARDAS aéreas en los primeros 24 minutos del partido en que se jugaban la temporada.
Ah, y otra cosa: tuvo todo un año para preparar al staff y despidió a su coordinador defensivo tras solo un año. Está bien admitir errores, pero demuestra que McCarthy no es un hombre nuevo y que sigue siendo el mismo entrenador que fracasó en sus últimos dos años en Green Bay.
Ezekiel Elliott firmó en 2019 el mayor contrato en la historia para un corredor: 6 años y 90 millones, que inicia este año. De haber tenido que firmar tras 2020, el equipo jamás hubiera ofrecido tanto.
Zeke viene de su peor temporada. Cada año ha disminuido su cantidad de yardas por acarreo. Ya no tiene explosión: solo tres de más de 20 yardas en 2020. Ninguna de sus recepciones fue mayor de 20 yardas, algo que no se vio en los otros 27 RBs con al menos 30 pases atrapados. Tuvo su mayor cantidad de fumbles en su carrera.
En los cuatro partidos completos que jugó Dak, Zeke promediaba 3.9 yardas por acarreo, aunque tenía 23 recepciones. Tras la baja del QB, Zeke solo superó las 4.4 yardas por acarreo (el promedio de la liga) en dos partidos y uno fue por una escapada al final. Dejó de atrapar pases (de 5.8 por partido a 2.8 en los últimos 10). El gran corredor no pudo desde antes de perder a Prescott, señal de que el éxito en su carrera era más producto de las grandes líneas ofensivas del pasado de los Cowboys. Lo malo: Tony Pollard lució mejor desde la semana 6, sin Dak. Enterramos de una vez por todas la idea de que un corredor élite puede brillar aún sin mariscal ni línea. Nunca se pudo, pero algunos lo pregonaban y no es más que un mito.
Lo peor: hay que pagarle todavía. En 2021 entra apenas en vigor su contrato de 6 años y 90 millones. Los últimos dos no cuentan, porque lo pueden cortar y no le pagarían un centavo, pero no lo pueden dejar ir ahora porque le deberían 36.9 millones este año y 23.2 millones en 2022, aún si lo cortan o cambian. Zeke cuenta 13.7 millones contra el tope salarial, más que lo que cuestan este año los dos mariscales que llegaron al Super Bowl (Brady 10.5, Mahomes 7.4). Pero sí, la solución es seguir alimentando a Zeke.
Mike Nolan tenía desde 2014 sin ser coordinador defensivo en la NFL y ya vimos por qué. Terminaron 23 en yardas y eficiencia, 28 en puntos… ¡ante el calendario más sencillo de ofensivas en toda la NFL!
El esquema 3-4 se va a la basura y Nolan no vuelve. Llega Dan Quinn, ex head coach en Atlanta y arquitecto de la ‘Legion of Boom’ de los dos viajes al Super Bowl de Seattle. Vuelve con él el esquema 4-3 y la Cover 3 que usaran los Cowboys pre McCarthy, con Rod Marinelli y Kris Richards. El problema es que esa defensiva necesita córners a lo Richard Sherman o cuando menos Byron Jones, los cuales no tiene los Cowboys.
Y cuando no los tienes, pasa lo que a Quinn en Atlanta, donde su defensiva terminó rankeada 16 o peor en eficiencia y mejoró cuando Quinn se ‘auto despidió’ como coordinador en 2019, y se repitió la mejora cuando fue despedido como head coach en 2020.
El talento no era mucho y ahora Aldon Smith, su mejor en presiones, se fue. Tampoco vuelven Antwaun Woods, Chidobe Awuzie, Xavier Woods y Tyrone Crawford. Había muchas carencias y usaron seis selecciones del Draft de este lado del balón y cuatro de sus principales agentes libres también fueron defensivos. Se llevaron un chasco ya que Jaycee Horn y Patrick Surtain II no estaban en su pick 10 del Draft, así que bajaron para elegir a Micah Parsons.
Esto deja un sobrecupo en el cuerpo de linebackers. Está Jaylon Smith (decepcionante tras firmar su nuevo contrato), Leighton Vander-Esch (cuando no está lesionado), firmaron a Keanu Neal (safety en Atlanta, pero parece jugará como híbrido) y ahora el novato, quien podría jugar poco si están sanos el resto.
El regreso al esquema anterior podría dar mejores resultados, pero no se ve cómo los Cowboys puedan tener una defensiva promedio siquiera.
La NFC Este sigue siendo la peor división de la Conferencia Nacional. Los Cowboys tienen el mayor talento en ofensiva y con diferencia, aunque quizás tengan la peor defensa. Así que podemos tener 17 partidos similares al primer mes de 2020, en el que los Cowboys buscaban ganar partidos de muchas anotaciones.
Se pronostica que tendrán el sexto calendario más sencillo, lo que les debe de ayudar. Hay talento en ofensiva, pero eso te lleva hasta cierto punto. Salvo una mejora considerable en defensiva, no pinta que 2021 sea el año que se termine con un cuarto de siglo sin Super Bowl.
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