NFL 2021 Día 24 de la Previa MARCA Claro de cara a la temporada 2021
Los Rams han tenido dos defensas de campeonato en las últimas tres temporadas. En 2018 llegaron al Super Bowl, limitaron a Tom Brady a su menor puntaje en el partido grande… pero solo anotaron 3 puntos. Tras un año sin Playoffs, regresaron en 2020, pero Jared Goff tuvo su peor año desde su temporada de novato y L.A. se quedó en la ronda divisional pese a tener a la mejor defensiva de la liga.
Fue demasido para Sean McVay. Costará millones y varias selecciones, pero los Rams enviaron a Goff a Detroit y llega Matthew Stafford, una decisión polémica pero que en principio es una mejora. Esquema y nuevo mariscal en una unión casi mandada a hacer. Necesitarán que se refleje esto en el campo, porque las bajas apuntan a que la defensiva no será tan buena como la anterior campaña. Si la salud se los permite (con tantos cambios y dinero que siguen pagando a Goff y Todd Gurley, no hay mayor profundidad), están entre el puñado de contendientes en la NFC.
En cuestión de 17 meses, los Rams pasaron de darle las llaves del reino a Jared Goff a exiliarlo. Le dieron un contrato de 4 años y 134 millones antes de la temporada 2019, con lamayor cantidad garantizada en la historia: 110 kilos. El contrato todavía no empieza a correr y Goff ya no está.
Goff llegó al punto más alto de su carrera en el mejor Monday Night de la historia, el que se perdió el Estadio Azteca, cuando L.A. venció 54-51 a los Chiefs de Mahomes. Tras la semana de descanso, comenzaron los problemas; Matt Patricia, de todas las personas, fue el primero en exponer sus debilidades. Comenzó ahí un declive en todo: en situaciones controladas (8.6 yardas por intento y 8.8 air yards en primeros downs en las primeras mitades en 2018 a 7.6 y 7.1 en 2019, 6.9 y 5.5 en 2020), con engaños de carrera (9.6 y 11.0 en 2018 a doble 7.9 en 2019, acabando en 7.8 y 6.1 en 2020), en pases profundos (2018 fue 11.5 y 43% success rate, 9.9 y 41% en 2019 a 8.4 y 33% en 2020) y toda su carrera ha sido de los peores bajo presión (#32 en yardas por intento y #29 en rating en 2020). De 2017 a la fecha, solo Jameis Winston cometió más entregas que el ahora mariscal de los Lions. En 2020, 55% de las yardas por pase de los Rams fueron ganadas después de la recepción; 39 mariscales tuvieron mejor proporción que Goff.
En resumen: en tres temporadas, Goff dio paso hacia atrás. De ser un QB mejor que la media, a un mariscal promedio y terminó en uno de los peores de la liga.
Sean McVay, quien rara vez señalaba a los jugadores públicamente, no se pudo contener tras perder 23-20 ante los 49ers en la semana 12. Parece que ese día se dio cuenta que no solo no podía sacarle más jugo a Goff… sino que no era posible recuperar siquiera la versión 2018. Cayeron eliminados en la ronda divisional, pese a que jugó de manera aceptable con un pulgar roto en los Playoffs. En mente tenían el buscar una mejora en la posición y se lanzaron a las primeras de cambio en cuanto supieron que Matthew Stafford estaba disponible. Se alinearon los astros cuando coach y QB estaban en el mismo resort de Los Cabos y ahora están en el mismo equipo.
La organización confía tanto en McVay que empeñó dos primeras rondas más para deshacerse del contrato, que todavía no entra en vigor. Goff jugó con su opción de quinto año en 2020 y hasta el final de la temporada pasada podrían haber decidido si le renovaban o no, pero optaron a adelantarse a una serie de renovaciones (Mahomes, Wentz y otros). Apostaron y no funcionó. Sale caro revertir el error, pero en el papel habrá mejor nivel en la posición más importante en 2021.
En 12 años en la NFL, Matthew Stafford ha llegado tres veces a los Playoffs. Sigue sin ganar un partido de postemporada. Desde 2012 no tiene una ofensiva entre las 10 mejores en eficiencia. Con base a esto, los Rams parece que pagaron de más por un jugador de 33 años.
Pero Stafford estaba en Detroit, una de las franquicias peor manejadas en la NFL. No es que tuviera rodeado de talento top todos estos años. Los entrenadores que tuvo tampoco ayudaron. Y da la ‘casualidad’ que cuando Stafford tuvo a un coach que venía del lado ofensivo (Jim Caldwell), tuvo marca de 36-28, mientras que se fue 38-62-1 con Jim Schawrtz y Matt Patricia, quienes tenían antecedentes defensivos. McVay es el niño genio ofensivo y Stafford luce en los puntos que Goff no.
Ya mencionamos lo malo que era Goff bajo presión. A comparación, Stafford estaba entre los cinco mejores de la liga en yardas por intento y rating cuando era presionado. Uno de los pocos beneficios de un mal equipo: aprendes a apañártelas en situaciones que distan de lo ideal. Va a volver la verticalidad a los Rams. Stafford, aunque no contó con Kenny Golladay buena parte del año, fue el undécimo que más lanzó pases de 15 yardas en el aire, con 7 touchdowns y sin intercepciones en pases largos. Goff a comparación fue el QB #37 que más lanzó profundo y 31 tuvieron mejor rating. Los pases de Stafford promediaron más yardas en el aire (8.7) que Goff promedió por pase COMPLETADO (7.2). En Air Yards, solo la crema de la crema de los Capitán Válvula de Escape, Drew Brees y Alex Smith, promediaron menos air yards que Goff en 2020.
Stafford nunca le ganará una carrera a Lamar Jackson, pero es bueno para moverse dentro de la bolsa, no como Goff, que era una estatua y no podía dar pasos a un lado y otro para quitarse la presión, vital en situaciones obvias de pase; daba la impresión que calentaba el pateador cada que Goff enfrentaba un 3&7 o peor.
Stafford además brilla en jugadas de engaño de carrera, elementales en la ofensiva angelina. Lo usó menos que los Rams (21% vs 31%) en su último año en Detroit, pero ganó más yardas en promedio (9.6 vs 9.1). También debería de ayudar en la zona roja, porque los Rams no confiaban en Goff y corrieron 60 veces por solo 23 pases dentro de la 10. Detroit y L.A. puede que tengan líneas similares, pero había mejores manos en los Rams y un mejor juego terrestre. Es la mejor situación en la que ha estado Stafford en su carrera..
Volvemos a una cantaleta casi diaria en estas previas: el orden de importancia en una ofensiva es quarterback, línea, receptores y corredores. Los Rams están bien en los primeros tres. Perder a Cam Akers es un problema, sí, pero no es el fin del mundo.
Stafford va a imponer más respeto a las defensas, así que no podrán llenar la caja como ante Goff (solo cinco equipos vieron cajas con más gente en promedio). L.A., por sus movimientos en el Draft y la agencia libre (DeSean Jackson, Tutu Atwell, Ben Skowronek, Van Jefferson en 2020), apunta a recuperar el personal 11 (1 RB, 1 TE, 3 WR) que usaron mucho en 2017 y 2018, y que en 2020 les dio mejores resultados para correr (5.2 yardas por acarreo, 59% success rate) que las formaciones más pesadas (3.9 y 47% en personal 12; 1.4 y 29% en personal 13).
Necesitaban algún recambio tras la fractura de dedo de Darrell Henderson, quien tuvo tres partidos de más de 80 yardas en los primeros seis partidos de 2020. De por sí Henderson no tiene el tamaño para llevar 20 veces por partido el ovoide, así que se hicieron con Sony Michel, quien podría no ser el más talentoso, pero superó las 900 yardas en sus primeros dos años en New England y fue quinto en 2020 ganando 3.2 yardas tras el contacto, según Football Outsiders.
Recordemos que el esquema de McVay es descendiente del de Shanahan. Los Rams ya han hecho brillar a C.J. Anderson y Shanahan tuvo el año de 2,000 yardas de Terrell Davis, pero también sacó de la nada temporadas de 1,000 yardas a leyendas como Mike Anderson, Reuben Droughns, Tatum Bell y a jugadores no elegidos en el Draft como Arian Foster y Alfred Morris. Raheem Mostert corrió para 220 yardas en una final de conferencia. Los Rams estarán bienpor tierra. Eso sí, podría darles una dimensión más volver a los años mozos de Todd Gurley y lanzar más a los corredores (solo dos equipos pasaron menos al backfield en 2020).
Los Rams tuvieron que usar su primera ronda en 2022 y 2023 para deshacerse del contrato de Goff. Tras ello, se hizo viral que los Rams tienen sin elegir en la primera ronda desde 2016. Goff sigue siendo el último jugador elegido en la primera ronda, a quien lo tomaron tras subir desde la posición 15 en el 2016. Y luego usaron otras selecciones por otros jugadores estrellas.
- 2016: usada en cambio con Titans para elegir a Jared Goff
- 2017: usada en cambio con Titans para elegir a Goff
- 2018: cambio con Patriots por Brandin Cooks
- 2019: cambio con Falcons por el pick 45 y 79
- 2020: cambio con Jaguars por Jalen Ramsey
- 2021: cambio con Jaguars por Jalen Ramsey
- 2022: cambio con Lions por Matthew Stafford
- 2023: cambio con Lions por Matthew Stafford
En la era del límite salarial para los novatos, pareciera el harakiri no elegir en la primera ronda: no tienes 5 años de talento a costo contralo. Pero L.A., tras la llegada de McVay, asumió una filosofía muy a lo NBA:si llegas a los Playoffs, las selecciones realmente no valen tanto.
Los equipos que llegaron a los Playoffs elegían del pick 21 al 32 con los Playoffs de 12 equipos (desde 2020 es desde el pick 19). De 2011 a 2018 (última edición que ya pasó la fecha límite para aplicar la opción de quinto año), menos de la mitad de los jugadores elegidos en la parte final de la primera ronda no recibieron la opción de quinto año de sus contratos (43 de 95, 45.25%). Solo 14 fueron elegidos a equipos All Pro y 25 llegaron al Pro Bowl, con solo 14 elegidos a más de una edición del Tazón de los Profesionales.
Los Rams decidieron que es mejor usarlas como moneda de cambio por jugadores consolidados, quizá el mejor de la liga en el caso de Ramsey, en lugar de lanzar una moneda que ni da opciones de un 50-50. Claro que lo ideal sería no haber ofrecido los contratos a Goff y Gurley, a quienes les siguen pagando después de que se fueron, pero también requiere mérito cortar la línea y no aferrarse a seguir con el mismo núcleo en declive.
Peculiar forma de construir un equipo, pero no es que estés cambiando selecciones Top 10 o Top 5. Y de momento, solo un año de la Era McVay no llegaron a los Playoffs. Si Stafford se mantiene sano, deberían estar por ahí.
Los Rams van por su tercer coordinador defensivo en tres años. 2019 fue el último año del veterano Wade Phillips, cuyo sucesor fue un entonces desconocido Brandon Staley, quien nunca había sido coordinador y tenía solo tres años en la NFL como coach de linebackers.
Pese a la aparente inexperiencia, fue un home run. Staley, quizás por su pasado como quarterback colegial, diseñó una defensiva para detener a las ofensivas modernas: la prioridad era contener el pase, sobre todo no permitir pases largos (solo 12 completos de más de 20 yardas en el aire, mejores en la NFL), y contra la carrera nos las arreglamos con velocidad. Solían presentar a dos safeties profundo, aunque no todo era Cover 2 o Cover 4, sino que mezclaban otros esquemas; pero el disfraz era ‘two deep’ y luego variaban por la versatilidad que encontraron con Jalen Ramsey tras la semana 4 ante los Giants.
Funcionó a las mil maravillas: mejores en puntos y yardas permitidas, cuartos en eficiencia (y primero en eficiencia ponderada, que indica que jugaban mejor al cierre del año). Tan brillante fue la unidad que Staley cambió sus cosas de vestidor y ahora es el entrenador de los Chargers.
Su sustituto será Raheem Morris, quien era coach del perímetro de los Bucs en el 2008, año que Sean McVay tuvo su primera oportunidad en la NFL como asistente. Morris no tuvo mayor éxito como entrenador en jefe al suceder a Chucky en Tampa, pero ha sido sólido con las defensivas (mejoró a Atlanta post Dan Quinn) y no promete mayores modificaciones fundamentales. Tener a Jalen Ramsey y Aaron Donald ayuda mucho.
Ahora, va a tener que sustituir piezas importantes. Se van dos titulares en el perímetro a Cleveland (Troy Hill y John Johnson, quien llamaba la defensa) y tres frontales (.Michael Brockes, Samson Ebukam y Morgan Fox). Los reemplazos ya estaban en el roster: Taylor Rapp como safety (viene de dos años de lesiones, pero era titular desde su año de novato), David Long como córner; Greg Gaines y A’Shawn Robinson tendrán más jugadas como interiores, mientras que Justin Hollins estará de edge.
Quizás la mayor diferencia es que el calendario de ofensivas rivales será más difícil (de ser el noveno más sencillo de ofensivas aéreas en 2020, Sharp Football pronostica que serán el sexto más difícil). El año pasado les ayudó con la NFC Este, la AFC Este y Seattle cuando pusieron el freno de mano. Ahora tendrán a Brady, Rodgers y su división, la más complicada de la liga.
Es muy poco probable que repitan como la mejor defensiva, pero la organización apostó a que Stafford puede ayudar a cubrir esto del otro lado del balón. Si tienen razón y la salud se los permite, están entre la lista de contendientes.
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