A Ricardinho (Valbom, 1985) sólo le faltaba el Mundial para poner el broche a su espectacular carrera. Un título que llegó acompañado del MVP pese a no dejar, como es habitual en él, jugadas para Youtube. Dos semanas después de levantar el trofeo, se confiesa en MARCA.

Ahora que ha pasado un tiempo desde que es campeón del mundo, ¿qué sensaciones tiene?
Siempre he dicho que era la guinda del pastel, fue increíble, el título que me faltaba, la final que más deseaba jugar. Llegar, jugar y ganar fue algo increíble. No esperaba que fuera tan tarde, a los 36 años, pero ha llegado en el momento más duro de mi carrera, tras superar una lesión muy difícil. Por lo que me dice el médico, sólo hubo cinco o seis en todo el mundo. Ha sido una recuperación muy buena. Es verdad que no he estado a mi mejor nivel de regatear y esas cosas que me gusta hacer. Ha sido un Ricardinho diferente, he tenido que pasar por una fase de aceptación de saber lo que podía hacer y lo que no y dar el máximo de lo que podía. Ganar un título así fue algo increíble, el mejor momento de mi vida.
¿Llegó a perder la esperanza durante la lesión, pensó que se perdía el Mundial?
Cuando en marzo decidí operarme sí que lo vi muy difícil. Lo hable con los doctores, me decían que llegaba pero no sabíamos cómo, ese era el problema. Lo que intenté después de un año muy difícil por la pandemia fue preocuparme de mí, rodearme de gente que me quiere y trabajar mucho, primero en el dolor y luego a empezar a andar y correr y entender que sólo dependía de mí. Cuando vi que Jorge Braz contaba conmigo fue quitarme un peso de encima.
¿Han sido los meses más duros de su carrera?
Sí, sin duda. Mira que me rompí la tibia y estuve seis meses sin jugar, pero entonces tenía 19 años y me quedaba mucho por delante. Ahora con 36 se me escapaba la última bala.

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Se habla mucho de la cabeza, de la psicología. Muchas veces a los líderes se les ve súper seguros, confiados. ¿Pero el líder también sufre, también tiene dudas de no dar la talla?
Ahora estoy pasando un poco esa fase de muchas dudas y problemas psicológicos por todo lo que pasé en Francia apostando por un proyecto que salió mal, la lesión… Fue muy difícil para mí enfocarme sólo en el Mundial, cincuenta y pico días sólo entrenando… Nosotros como líderes debemos mostrar seguridad, confianza, animar, apoyar, ayudar cuando hay problemas, que los hubo… Pero por dentro también tienes tus problemas, aunque no puedes mostrarlos. Por momentos hemos dudado hasta de nuestras capacidades, pero queríamos hacer historia y para eso teníamos que jugar la final. Cuando nos clasificamos fue quitarnos y peso, pero ya que estábamos allí queríamos disfrutarlo.
¿Portugal ha tenido un psicólogo en el Mundial?
Sí, hace tiempo ya que lo tenemos y ha ayudado mucho. Él habla mucho con casi todos los jugadores y creo que este es el torneo en el que ha tenido más trabajo. Unos tenían dudas, otros confianza, otros que se quedaban fuera de la lista y querían entender por qué. Controlar un equipo de 14 ó 15 cabezas y enfocar a todos al mismo objetivo no es fácil. Yo mismo he tenido muchas charlas con él. Ha sido la competición más dura para mí.
Da la sensación de que el Mundial le ha agotado.
Es la primera vez en mi vida que he terminado con este agotamiento. Todo lo que pasó el año pasado ha ayudado mucho a que me sienta así. Ganamos y al día siguiente me fui a París, necesitaba un tiempo solo, no visité ni a la familia. Sé que no es justo, pero sólo quería respirar y dormir. Este año ha sido muy difícil para mí. La cabeza manda, hemos visto el caso de Biles y eso me ha tocado mucho. Me pasó en el Mundial, cada día para mí era un sufrimiento. He dedicado tanto a esto que se me ha olvidado todo lo demás y ahora el cuerpo ha dado un bajón.
Debe ser duro reconocer que en el Mundial se sufre a diario porque la sensación desde fuera es otra.
Los únicos dos momentos en los que sentí felicidad pura y espontánea fue en la semifinal al ganar, porque ya era historia, y cuando levanté el trofeo. Pensé, ‘hemos puesto a Portugal en el top del mundo’. Pueden decir que si hemos tenido suerte, que si los palos, los penaltis… Pero hemos dado el paso. Si hemos sido mejores, hasta en la suerte también. Fueron los únicos momentos en los que fui feliz. Sufría cada día y cada entrenamiento. Hablé con mucha gente que había sido importante para mí y mirando mucho al pasado, a quien me ayudó en los momentos peores. Cuando jugaba las Champions sólo pensaba en quién sería el siguiente, en hacer una pirula, pero en este Mundial sólo pensaba en quitármelos de encima y ser campeones.
Ricardinho, durante el partido de semifinales frente a Kazajistán

Ricardinho, durante el partido de semifinales frente a KazajistánEFE

Siempre menciona a Carolina, su descubridora y su primera entrenadora, su gran referencia. ¿Recurre mucho al pasado en los momentos difíciles?
También quiero agradecer mucho a Julio, el gran capitán de Inter, siempre un gran líder. Fue quien me vendió la foto bien vendida para fichar por Inter. En redes sociales puso el mensaje que le mandé en un momento muy difícil para mí. Hablé antes de las semifinales para pedirle consejo y él no puso lo que contestó, pero me hizo creer aún más. Debes recurrir al pasado para cosas positivas. He hecho una carrera tan buena que me hace encontrar cosas buenas. Carolina fue la primera que creyó en mí. Lo importante es aceptar lo que eres en el momento, no lo que fuiste.
Da la sensación de que el paso que ha dado Portugal ha sido creer, tener esa fortaleza mental.
Creo que es más desbloquear la negatividad. Había aparecido un punto en Eslovenia en el que los jóvenes que aparecían no tenían esa negatividad. Portugal no había ganado a Kazajistán con brasileños, a Argentina… Es lo que pasó en Eslovenia, que nunca habíamos ganado a España. Los jóvenes llegan con el chip limpio, nunca han jugado contra ellos y no tienen esas sensaciones. Eso nos ha ayudado a los que tenemos más experiencia.
¿Qué es lo que ha pasado en Portugal para que sea campeona del mundo y de Europa de selecciones y también de Europa de clubes con el Sporting?
Primero, hay un gran trabajo de la Federación, que ha apostado mucho por el fútbol sala masculino y femenino. Creo que nos ha hecho creer. Cuando tienes condiciones para competir con los grandes te puedes hacer grande como ellos. El trabajo en los clubes también ha sido importante como se ve con los resultados del Sporting, que tenía siete jugadores en el Mundial. Vienen con una mentalidad ganadora y todo eso ayuda.

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Al Mundial no llegaba en su mejor momento, pero ya en el último Europeo, aún jugando en el Movistar Inter, ya tenía otro rol. En este Mundial ha sido más evidente. ¿Cuesta mucho cambiar la forma de jugar?
En eso, España me ha hecho crecer mucho como jugador. Cuando llegué era aún mucho de regate y aprendí mucho de jugadores como Rafael Rato, Ortiz o Gadeia, entre otros. Jugadores que tienen otras características distintas. Ya lo hice de joven en el Benfica, absorbiendo las cosas buenas que hacen los demás. Es verdad que si no hago una lambretta o un caño dicen que no he jugado bien, pero no todo es eso. Por eso valoro mucho más este MVP, hacerlo sin esas pirulas es más difícil.
Sin regates como el de Belgrado ha aportado muchas cosas e incluso ha llegado el premio individual.
Para mí es más difícil jugar así, pero tuve que aceptarlo. Es difícil aceptar el rol. Tras seis meses sin competir, sabía que mis compañeros llegarían mejor físicamente. Intentaba ponerme la exigencia para que los jóvenes dijeran ‘mira este con 36 años que entrenaba como un toro’, aunque luego llegaba a la habitación estaba reventado y con el pie hinchado. Sí valoro más este premio, aunque con el título es secundario, pero los números dicen que he sido el que más minutos he tenido de mi equipo, el que más ha corrido, el que más balones ha robado, el que ha dado más asistencias y aun así he metido dos goles. Los números me han contestado a mí mismo que estoy vivo, que juego de otra manera, pero que aporto mucho al equipo. No de la manera que me gusta, pero hay que aceptarlo.
¿Siente que tras su salida en España y con ese cambio de rol se le ha maltratado, se ha pensado que Ricardinho ya estaba para otras cosas?
Siempre digo que España te lleva al cielo y te puede meter en un ataúd muy rápido. Estoy muy agradecido a todo lo que me pasó a España, quitamos el trono al todopoderoso Barça. No era la forma de la que quería salir y la pandemia tampoco ayudó… Sé que las cosas no acabaron de la mejor forma posible, pero me habría gustado tener un partido de despedida. A veces parece que sólo eres bueno si estás en España, que si te vas no importas mucho. Pero eso a mí no me afecta. Jugué en Japón y Rusia y no me importó. Quería probar en España y jugar con los mejores. Para mí es la mejor Liga, la más estructurada, la más profesional. Pero sí hay cosas que me duelen. No por la gente, que me sigue dando mucho cariño. Sí creo que en cierto modo merecía algo más de agradecimiento, pero yo estoy agradecido a todo lo que pasé, al club que me trató siempre muy bien. No por matar un perro eres un mataperros. Cuando sentí que no fui bien tratado o que las cosas no salieron bien, di el paso adelante y di la cara. Ya está. No me voy a quedar con ese rencor. Lo que va a quedar es que tras la Máquina Verde pasó la Máquina Azul e hicimos historia. Igual no tanta como aquella, que para mí ha sido lo mejor, pero ahí queda.
Ricardinho, con el trofeo al mejor jugador del pasado Mundial

Ricardinho, con el trofeo al mejor jugador del pasado MundialFIFA

Por lo menos ese equipo aguanta la comparación con esa ‘Máquina Verde’ e hizo cosas como ganar cinco Ligas seguidas o dos Champions seguidas que no se hicieron entonces.
Ya es un elogio sólo que nos comparen. Es como cuando me dicen si soy mejor que Falcao o Paulo Roberto. Sólo con estar ahí ya es mucho. Luego cada uno que opine lo suyo, pero cada uno ha hecho su historia.
¿Y ahora qué retos quedan por delante?
Ahora necesito un tiempo para mí. Lo he hablado con el club y no es fácil. Necesito recuperar el tiempo que he dedicado al Mundial. Estoy psicológicamente reventado. He entrenado y físicamente estoy bien, pero psicológicamente no. Mi objetivo ya no pasa por ser el mejor o conquistar lo que sea. Lo hecho ya está hecho. Ahora la idea es estar mínimo hasta diciembre -es la primera vez que hablo de esto-, para que ellos tengan la oportunidad de recomponer todo lo que ha estado económicamente mal este año. Voy a darles una oportunidad. Si en diciembre no van las cosas como queremos los dos, buscaré otro equipo para jugar cedido. Si el ACCS no sube a Primera, me quedaré en otro club. Tengo muchas ofertas de Portugal, de España, de Rusia, Italia, Brasil… Parece que la gente vuelve a creer, pero mi mujer no tiene muchas ganas de cambiar.
¿Y con la selección?
De eso no puedo adelantar mucho. En las próximas dos semanas como mucho daré una rueda de prensa para hablar del futuro. No quiero alargar mucho mi decisión. Necesito tiempo para descansar, hablé como todos los que lo tenía que hacer. Tengo una decisión tomada. Creo que es buen momento para decirlo, pero dependerá mucho de lo que me diga la cabeza. Tengo las cosas claras, pero me quedan todavía un par de dudas

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